Feminicidio, acto de odio

INTRODUCCIÓN
Es el Perú un país con múltiples problemas a nivel social, económico, cultural y político. Siendo un problema que abarca la totalidad de estos niveles; el feminicidio. El feminicidio es un crimen de odio que deriva en el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer y es “la punta del iceberg”, la cumbre o clímax de la violencia contra la mujer; y, es también, un problema que ha posicionado al Perú en un nada honorable tercer lugar a nivel mundial, en lo que refiere a las altas tasas de asesinato de la mujer por ser mujer. Un
problema de este nivel que está afectando grandemente a nuestra sociedad no puede quedar intacto, con leyes y normas que no cambian las cifras horrorosas y que no dejan ver que se esté menguando el problema. En este ensayo se pretende dar a conocer estas cifras que están afectando a todo un país y sobre
todo a un componente importante de nuestro país; además, dar una critica a lo que se viene haciendo ante un problema tan grande como lo es el feminicidio.

DESARROLLO
Según el reporte estadístico publicado por el MINP (Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables), de los casos de victimas de feminicidios atendidos por el Centro de Emergencia Mujer, se han registrado 119 casos de feminicidio y 241 tentativas de feminicidio, en lo que va del 01 de enero hasta el 31 de
octubre del 2018. Sumando estas cifras a una totalidad de 1122 casos de feminicidios y 1549 casos de tentativas de feminicidio atendidos por el CEM, del año 2009 hasta octubre del 2018. Las regiones con mayor número de casos son Lima, Arequipa, Junín, Puno y Ancash. En Lima Metropolitana resaltan los
distritos de Comas, San Martín de Porres, Ate, San Juan de Lurigancho y Villa María del Triunfo.

Las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen una mayor probabilidad de ser mutiladas o asesinadas por hombres que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra combinados, según una publicación del artículo “The Economist” publicado en el 2015.

El feminicidio compete no solo los asesinatos; sino, todos los hechos violentos concurrentes contra la mujer, sin distinción de rango de edad ni de condición socio-económica, que al no ser asesinadas victimas del feminicidio, se convierten en sobrevivientes de ser victimas de feminicidio ya sea por parte de personas conocidas o desconocidas a ella, violadores, delincuentes, amigos, familiares, compañeros de trabajo o estudios etc. Existiendo así tipos de feminicidio, que son: el feminicidio íntimo, el feminicidio no íntimo y el feminicidio por conexión. Este tipo de delitos expresa el gran sentimiento de control y posesión de las mujeres por parte del género masculino y se debe al excesivo machismo que enferma y aún perdura en nuestro país. Según las autoridades de la Sección de Femicidios de la Dirección Nacional de  Investigación Criminal (DNIC) manifestaron que, de acuerdo a las averiguaciones, la mayoría de esas muertes violentas se debe a venganzas pasionales.

Parte el feminicidio en su mayoría, de un conjunto de acciones que anteceden a este acto tan deplorable, cuantas veces hemos escuchado casos de mujeres asesinadas por sus parejas, exparejas o algún conocido, que habían puesto ya anteriormente una denuncia u orden de alejamiento, siendo ignoradas hasta ser asesinadas. Y cuando estos casos de violencia antes del asesinato contra la mujer salen a la luz les otorgan a los agresores leves condenas a pesar de haberse hecho tan mediáticos, como son los casos de Cindy Arlette Contreras y Lady Guillén, victimas de violencia que pudo haber acabado en feminicidio, y así hay muchos más. Según lo denunció la ministra de la Mujer Marcela Huaita Alegre, las agresiones y asesinatos se producen con frecuencia con impunidad. Fue la impunidad ante estos hechos lo que conmocionó a la población a salir a las calles y alzar su voz ante la gran ola de asesinatos de niñas, adolescentes y mujeres adultas con la campaña “Ni una menos”. 

Si se quiere lograr cambios y menguar con los casos de feminicidio, se necesita hacer cambios drásticos, no solo en el ámbito legal; sino también, en el ámbito educativo, familiar, social. Es necesario reducir las probabilidades de concurrencia de estos hechos desde el ámbito nuclear que da formación a la sociedad. Para reducir las cifras de feminicidio, se deben reducir las cifras de violencia, más si se toma en cuenta que la mayoría de casos no se denuncian por falta de conocimiento de las mujeres sobre sus derechos y las leyes, falta de instancias en las comunidades rurales, barreras tangibles para las mujeres asociados a la pobreza y marginación, entre otras.

CONCLUSIÓN
En conclusión, es importante identificar los hechos de feminicidio como un acto que coarta el ejercicio de derechos de las mujeres y las priva de la vida con la permisividad de las autoridades mostrada en la impunidad, y reconocer que la ``violencia femenina´´; es la forma extrema de violencia hacia las mujeres y que puede culminar con la muerte de las mismas. Resumiendo, observamos que estos crímenes esconden su real magnitud por bajo de las faltas de denuncia que no hacen las mujeres ya sea por temor, vergüenza, o culpa de las cuales terminan sobreviviendo en ocasiones llegan a morir. Muchas veces estas mujeres dependen económicamente y no pueden salir de estas relaciones, al no contar con apoyo de ninguna parte, ya sea de su entorno o del estado.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
 https://www.mimp.gob.pe/contigo/contenidos/pncontigo- articulos.php?codigo=39
 «No place for your daughters». The Economist (en inglés). 24 de noviembre de 2005. https://www.economist.com/middle-east-and-africa/2005/11/24/no-place-
for-your-daughters
 http://larepublica.pe/30-05-2013/aprueban-penas-mas-severas-para- combatir-el-feminicidio
 Margarita Bejarano Celaya. (2014). El feminicidio es sólo la punta del iceberg. 20/11/2018, de SciELO Sitio web: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-
39252014000600002